Historia del origen de la migraña - Parte 1
- Fiorella Martin Bertuzzi
- 29 sept
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 1 oct
Del aura divina a las arterias que laten: la historia de cómo se pensó la migraña
¡Hola, comunidad migrañosa! Hoy te invito a viajar en el tiempo 📜🕰️ para descubrir cómo fuimos entendiendo (y malentendiendo) la migraña a lo largo de la historia. Porque antes de hablar de CGRP, hipotálamos y gepantes, hubo un pasado lleno de intuiciones brillantes, teorías equivocadas y... ¡arterias muy sospechosas!
🌟 De visiones celestiales a hipótesis científicas
Ya en el año 400 a.C., Hipócrates describió a un paciente que veía luces brillantes antes de un dolor de cabeza feroz. ¡Probablemente fue el primer registro del aura migrañosa!
Siglos después, Hildegarda de Bingen –una monja medieval que también era visionaria y artista– dibujó figuras en zigzag que hoy reconocemos como representaciones de su propia aura visual. Durante mucho tiempo, se pensaba que estas visiones eran castigos divinos o desequilibrios de los “humores”.
Recién en el siglo XIX y XX la medicina empezó a tomarse en serio la migraña como fenómeno biológico. Y así nació la primera gran teoría moderna...
💥 El modelo vascular clásico: cuando las arterias eran las malas de la película
Durante décadas, se creyó que el dolor de la migraña venía de los vasos sanguíneos del cráneo. Esta idea se popularizó gracias al Dr. Harold Wolff, un neurólogo estadounidense que en 1938 midió cómo “latía” la arteria temporal de personas migrañosas.
¿El hallazgo? Esa arteria latía con fuerza durante el dolor, y al aplicar ergotamina (un medicamento vasoconstrictor), el pulso bajaba ¡y el dolor también! Así nació la hipótesis de que la cefalea se debía a una vasodilatación exagerada, y el aura previa, a una vasoconstricción transitoria.
🧪 Analogía explicativa: Imaginá el sistema cerebral como una cañería: cuando se contrae, baja el flujo (y aparece el aura); cuando se ensancha de golpe, sube la presión y duele (¡ese dolor pulsátil que nos vuelve loc@s!).
📚 ¿Qué tan bien funcionaba esta teoría?
Durante un tiempo, muy bien. Permitía explicar por qué medicamentos como la ergotamina (y más tarde los triptanes) funcionaban al “achicar” los vasos. Pero… no todo cerraba.
¿Los vasos siempre se dilatan durante una migraña? 🤔
Spoiler: no.
Estudios con técnicas de imagen mostraron que no siempre hay vasodilatación durante la fase de dolor. A veces, el flujo cerebral estaba incluso disminuido. Y más aún: ciertos compuestos que dilataban los vasos no causaban migraña, mientras que otros sí... aunque dilataran igual.
Por ejemplo, el PACAP-38 provocaba migraña, pero el VIP, que dilata lo mismo, no lo hacía. O sea, el problema no era la dilatación en sí, sino qué receptores del cerebro se activaban.
Además, incluso ese “latido” doloroso tan típico de la migraña no siempre sigue el ritmo del corazón. En estudios, se vio que el dolor late más lento y desfasado del pulso real. Eso indica que el “ritmo” del dolor migrañoso lo marca el cerebro, no las arterias.
📌 Entonces… ¿qué nos dejó esta teoría?
Aunque hoy sabemos que la migraña no es solo un problema vascular, esta visión fue clave. Ayudó a avanzar en tratamientos efectivos y abrió el camino para nuevas teorías. De hecho, aún hoy usamos fármacos que nacieron en esa época.
🧠 Próximo capítulo: del vaso al cerebro
Con el tiempo, otras teorías fueron ganando protagonismo: primero el giro neuronal, luego la idea de un circuito trigémino-vascular, y finalmente la mirada actual que concibe la migraña como un trastorno complejo de procesamiento sensorial.
Pero esa historia... te la cuento en el próximo post 😉
Fio – @cefaloca 💜
