Sabemos que la migraña es una patología de origen genético que tiene desencadenantes. Tengo pacientes que terminan limitando su vida en formas increíbles por evitar tomar vino, un chocolate o incluso se ven impedidos a salir a la calle.
Muchas veces nos enfocamos en los desencadenantes, para evitarlos, pero esta forma de ver el dolor tiende a limitarnos y a ponernos en un lugar de vìctimas que no nos queda bien, porque hay mucho que podemos hacer para mejorar.
El primer paso es darse cuenta que somos un todo y que nuestras acciones y desiciones tienen un rol fundamental en el origen y perpetuaciòn del dolor.
Tomen papel y lapiz y hagan una lista de esas cosas que nos recargan baterías, que nos gusta hacer: caminar en el parque, jugar con tu mascota, pintar, leer, jugar, escribir, dormir...
Date el tiempo para escuchar a tu cuerpo y explorá nuevas opciones, no te quedes resignado a evitar lo que te hace mal y salí a buscar lo que te hace bien!
Ayyyy mi dra, haciendo todo eso y más el dolor me ataca sin piedad 😪