A muchos de nosotros nos mandan al psicólogo para manejar el dolor.
Muchos pensarán que esto implicara que el origen del dolor es psicológico, como que el médico no les cree (aunque a veces es verdad, no?).
Es indiscutible que el stress, la ansiedad y el estado de ánimo impacta en el dolor de cabeza. Entonces, quizás desde este punto de vista una psicoterapia nos puede ayudar en la gestión del stress.
Acá van algunas recomendaciones para poder empezar a trabajar con un psicólogo sobre tu dolor:
1- Identifica los objetivos del tratamiento: Antes de comenzar, es importante que tengas claridad sobre tus objetivos y expectativas. ¿Qué te gustaría charlar del manejo del dolor? ¿La angustia que genera? ¿Las situaciones desencadenantes? ¿La reacción de los otros frente a tu dolor? ¿La culpa?
2- ¿Qué tipo de enfoque terapéutico te gustaría explorar? Es importante que compartas si te gustaría solamente hablar y que te escuchen, o que haya una conversación fluida, si quisieras que te proponga ejercicios, etc. Que compartas y seas sincero en esta información es útil para que puedan trabajar juntos en una dirección común. No olvides que en distintas sesiones puede cambiar el enfoque, y en esto está la magia del profesional para elegir la dinámica.
3- Describe tu experiencia con el dolor en primera persona: Recorda que el dolor es una experiencia subjetiva, no dejes de compartir las sensaciones creyendo que el otro entiende lo que te pasa, no dejes de explorarlas y conocerlas. ¿Cómo te afecta física y emocionalmente? ¿Qué estrategias has utilizado para manejarlo hasta ahora? ¿Qué ha funcionado y qué no ha funcionado? ¿Qué sensaciones te genera el éxito o el fracaso de un tratamiento? ¿Qué harías si no tuvieras dolor?
4- Explora otros enfoques terapéuticos: Hay varios enfoques terapéuticos que pueden ser útiles para el manejo del dolor, incluyendo la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la meditación mindfulness. Es importante que hables con tu psicólogo sobre estos enfoques y juntos decidan cuál es el mejor para ti.
5- Considerá trabajar el rol que toma el dolor como parte de tu círculo social y compartilo en tu terapia. A veces el dolor es casi un compañero de vida que nos acompaña más horas que nuestra pareja o familia, no desestimemos el rol que toma este acompañante y su influencia en uno mismo y en los otros.
Por último, ser paciente es la clave.
El manejo del dolor es un pro-ce-so, lo repito: PRO-CE-SO. Requiere tiempo y esfuerzo.
Es importante que tengas paciencia contigo mismo y con el proceso terapéutico. Trabaja con tu psicólogo para establecer metas realistas y alcanzables, y celebra tus logros a lo largo del camino.
Comentários